Decálogo del viajero responsable

Qué mejor tema para retomar mi blog, después de unos meses de desconexión, que hablar sobre nuestras responsabilidades como viajeros.
No existe un manual sobre este tema y este post tampoco pretende serlo. Viajar no solo es entrar en un mundo desconocido, salir de la zona de confort, etc. El concepto VIAJAR (así, con mayúsculas) implica entender el impacto recíproco entre el viajero y el propio viaje.
Probablemente, nuestras reacciones al viajar a otras culturas, se hallan entre un difícil equilibrio entre la capacidad de adaptación y la de empatía, entre la paciencia y la energía, entre la comodidad y el espíritu aventurero, entre la inteligencia emocional y la ingenuidad... Aunque todos, en determinados momentos, estemos a caballo entre unas u otras cualidades, nunca debemos olvidar que

EL VIAJERO RESPONSABLE:


1. RESPETA las costumbres locales y no las cuestiona. 
2. EMPATIZA con el entorno y es agradecido con lo que este le ofrece.




3. APRENDE de lo que ve para poder adaptarse.


4. IMPACTA POSITIVAMENTE, es decir: favorece el comercio justo y el enriquecimiento local.
5. DEMUESTRA PACIENCIA Y SERENIDAD ante situaciones que muchas veces resultan incómodas o desconcertantes.


6. RESPETA AL MÁXIMO EL MEDIO AMBIENTE. Aunque hay países en los que los propios locales no siguen este código, nosotros sabemos de su importancia. Dicen que "allá donde fueres haz lo que vieres" sí, pero en este caso NO. 



7. COMPRA artículos de comercios locales y muy importante: que no estén prohibidos o que de alguna forma dañen al país.


8. NO DA LIMOSNAS a cambio de nada. Se fomenta la mendicidad.

9. AYUDA de otra forma: colabora con centros especializados en alguna labor social que, a cambio te den algo o a personas que te ofrezcan un trueque. Es importante dar dinero siempre a cambio de algo.



10. EDUCA indirectamente a los locales respecto a que los viajeros no somos un negocio andante.




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