Tierras Altas: Haputale y Ella

Tras un trayecto espectacular en tren desde Kandy, llegamos a Haputale tras 6 horas de viaje.

 Desde Kandy reservamos por Internet el alojamiento de Haputale. El propietario del Eagle Best Inn tiene dos edificios distintos, nosotros estuvimos en el del fondo de la foto, a la derecha. Las vistas desde esa terraza eran impresionantes.


En las Tierras Altas hace frío, parece imposible pasar en pocos km de ir en tirantes y morir de calor a abrigarte con forro polar y gorro.

Aunque había que caminar por unas cuestas bastante majas hasta llegar al centro del pueblo, nos encantó el lugar. Nos alojamos 2 noches por 25.000 rupias cada una con desayuno incluido.
Si no te importan las llamadas a la oración de la mezquita (a cualquier hora) es un alojamiento muy recomendado con una

Medicinas naturales de Sri Lanka

De los creadores de... ¿qué es lo peor que te puede pasar en un viaje? y tras el post sobre "cómo perder el pasaporte y que no te dé un infarto" llega... "cómo enfermar en el punto más remoto de tu viaje"

Qué serían los viajes sin los imprevistos!

En Sri Lanka me ocurrió algo que jamás me había pasado en un viaje. Me puse muy enferma.
Llevaba varios días automedicándome con lo que llevaba en el botiquín pero fue llegar a Haputale (el punto de más difícil acceso de todo el viaje) y alcanzar el pico más alto del gripazo.

Que te pase algo así en una pequeñísima población rural (muy poco turística) a 1500 metros de altitud donde hace un frío que pela (y no llevas casi ropa), las conexiones por carretera son malísimas (y lentas) y no hay centro médico, es estupendo.
Vamos, un lugar ideal para enfermar.

En tren a las Tierras Altas


Soñaba con tener el ticket en mis manos, viajar en este tren y hacer el recorrido de Kandy hacia las Tierras Altas de Sri Lanka. 

¡Qué emocionante es cumplir sueños!

Un trayecto que cumplió con mis altísimas expectativas... en parte.

Fan incondicional del transporte público, me imaginaba el trayecto como cualquier otro que he hecho por el sudeste asiático... rodeada de gente local, compartiendo el vagón con alguna gallina, o sacos de arroz, cereales.... Horas en calma, solo con el traqueteo del tren. Disfrutando de cada segundo asomada a una puerta sin poder despegar la mirada del paisaje espectacular de las Tierras Altas: montañas infinitas de plantaciones de té teñidas de un verde intenso.
Pero no todo fue tal cual me lo imaginaba.