Cuando llegamos a Anuradhapura llevábamos más de 2 días en Sri Lanka y, entre hostels fantasma, diluvios e imprevistos varios que nos obligaron a cambiar la ruta, no habíamos tenido ni un solo momento para disfrutar.
Así que llegar hasta aquí, descansar y probar por primera vez la Lion Beer fue un auténtico placer celestial.
ALOJAMIENTO
Al cambio, unos 20 euros la noche en habitación doble con desayuno incluido.
Nos encantó el lugar, apartado de la ciudad pero a un tiro de piedra en tuktuk de los lugares de interés, la atención: de lo mejor de todo el viaje y qué decir de la comida...
Pensábamos alojarnos un día y nos acabamos quedando tres. Lugar ideal para descansar.
Contratar un tuk tuk para que te recoja en el hotel y visitar el complejo de Anuradhapura (la visita dura entre 5 y 6 horas) cuesta unas 2.000 rupias. Es lo más cómodo ya que no tienes ni que pensar la ruta, el conductor te va llevando a todos los puntos de interés. Hay gente que hace la visita a pie pero es importante tener en cuenta que las distancias entre unos sitios y otros, son grandes. Alquilar una bici puede estar bien si no hace mucho calor.
La entrada a Anuradhapura vale
25 dólares pero es algo más barata si pagas en
rupias: 3.500 (3 dólares menos).
No sé si debería decir esto pero es posible visitar Anuradhapura sin pagar nada. Es un complejo inmenso y no está ni vallado ni vigilado. La entrada se saca dentro del museo (basta con no entrar) y en muchos de los lugares no la piden. He de decir que nosotros, sabiendo esto último, pagamos la entrada por aquello de la ética del turista y el respeto por el país. Pero vamos, abusivo el precio.
ANURADHAPURA
Las ruinas del lugar más grande del Triángulo Cultural, son una de las imágenes más evocadoras del sur de Asia. Este enorme complejo contiene maravillosas construcciones arqueológicas y arquitectónicas: enormes dagobas, colosales torres de ladrillo, antiguas piscinas y templos en ruinas.
Todo ello construido durante el milenio que Anuradhapura fue la capital de Sri Lanka (380 a.C.)
Fue una importante cuna del budismo y una ciudad grande y atractiva, hasta que sufrió varias invasiones procedentes del sur de la India.
Actualmente algunos de estos lugares conservan su función como templos o como lugares sagrados por lo que se suelen celebrar ceremonias que dan mucha vidilla al lugar (algo que contrasta con Polonnaruwa).
LA VISITA
A los pies de las dagobas hay pequeños templos donde los budistas acuden a hacer sus plegarias.
El entorno regala bonitas estampas y ruinas semi enterradas por la naturaleza.
Las stones moon (piedras lunares), son todo un símbolo de las antiguas construcciones de Ceilán.
Se pueden ver en casi todas las entradas a las ruinas o a los templos.
Importante parar a repostar. Hay zonas de bares locales donde te preparan platos tradicionales como el buenísimo
Kotthu que probamos por primera vez aquí. Es un rotti (pan grueso típico de allí) troceado y frito con verduras, huevo o queso.
Esta dagoba fue de las más bonitas que vimos.
Lo malo de ir por libre es que no te enteras de las informaciones y avisos. Unas pocas están en inglés pero la mayoría en el idioma local y, cualquiera se entera de algo en cingalés!
Y tuktukeando llegamos a un lugar que nos cautivó: Sri Maha Bodhi.
Es el árbol plantado más antiguo del mundo, data del año 288 a.C. Entonces ya era un lugar de peregrinación por la historia que traía consigo.
El budismo cuenta que Buda alcanzó la iluminación bajo un árbol Bodhi (significa "árbol de la iluminación") en India. Un vástago de ese árbol fue transportado por una monja desde la India hasta Sri Lanka, donde fue plantado.
A la entrada se puede ver una representación con estatuas del momento en el que se entrega el vástago para plantarlo en Anuradhapura.
El árbol esta protegidísimo, vallado y venerado por cientos del personas al día que acuden hasta allí en peregrinación.
Ver a un montón de gente rezándole a un árbol fue bastante curioso... aunque pensándolo bien, tiene más sentido rezarle a un ser vivo que a una estatua... o al menos eso se me pasó por la cabeza.
Más dagobas...
Y bueno! no podía faltar el carrito (o esta versión camionera) de los helados, que está por todas partes, con la pegadiza musiquilla que no te quitas de la cabeza en días y días. Muy popular.
Y más dagobas, estatuas de Buda de todos los tamaños y materiales posibles...
Me encantó Anuradhapura! más que Polonnaruwa... aunque muchos viajeros opinan justo lo contrario.
Así que quizás lo mejor sea ir para tener tu propia opinión ;)
Y aquí un enlace a la siguiente parada del Triángulo Cultural:
Polonnaruwa.