Pesadilla en el Kawa Ijen

Tras el Bromo, vuelta a la furgo destino Bondowoso para, desde allí alojarnos en un hotel cercano al Ijen con el objetivo de iniciar el ascenso a las 4 de la mañana para ver amanecer desde el cráter con el lago turquesa...  ¡ahora viene el plato fuerte! Eso pensamos nosotros...  Con todo lo que había leído me imaginaba la subida al Ijen como la excursión estrella de Indonesia.

Como en casi todos los tours que se contratan con agencias locales asiáticas, tienes muchas papeletas de que algunas de las cosas "pactadas" cuando pagas luego te salgan rana, y esta fue una de ellas.

Ocurrió que desde la agencia de Yogyakarta vendieron más plazas en el tour que plazas había en los hoteles por lo que en pleno viaje fueron improvisando sobre la marcha qué hacer con nosotros.

Hubo varias anécdotas pero la más gorda fue que de pronto para la furgo, nos dicen que bajemos y cojamos las mochilas.... estoo... cómo?? Resulta que el hotel cercano al Ijen que habíamos contratado estaba lleno por lo que nos dejaban en otro hotel que estaba a 3 horas del volcán!
Esto suponía que en lugar de ir al Ijen a las 4 de la mañana nos teníamos que levantar a la 1 para hacer esas 3 horas de viaje y luego... darnos la paliza de subir hasta el cráter del volcán, lo cual costaba otras 2 horas (todo esto de noche).

Momento "asesinato en Bondowoso": compis de viaje ingleses, rusos pero sobretodo los franceses querían matar al guía que, cierto es que era una putada, pero aquel hombre no dejaba de ser un "mandao". Tuvimos que sujetarlos y todo madre mía!! Se lió una increíble y al final el guía que ya no sabía qué hacer nos dijo que en compensación nos regalaban la entrada al volcán. Los que no se conformaron con eso, que fueron bastantes, pasaron del Ijen y pidieron acabar el tour en ese momento.

Nosotros en cuanto vimos que el hotel en el que nos dejaban tenía piscina se nos pasó el mosqueo! Baño casi nocturno, cenamos unas galletas que llevábamos y a la cama.

1:00 de la mañana: RiiiNNGGG! despertador. Mochilas y a la furgo, 3 horas eternas de viaje y al fin... PALIZÓN pero, estamos a los pies del imponente Kawa Ijen y eso, compensa!

Pensábamos que la mala suerte había acabado pero ni nos imaginábamos la que nos iba a caer en el ascenso al Ijen.... 

¡HORROR DE DÍA! El destino no quería (de hecho algunos se quedaron en la furgo) pero nosotros íbamos a subir sí o sí así que, sacamos ropa de la mochila, nos abrigamos con todo lo que teníamos y emprendimos el ascenso a las 4 y pico de la mañana entre viento, frío polar y el diluvio universal.
Como ya he explicado en otra entrada, el Ijen es un volcán con una mina de azufre alrededor del cráter. Los mineros han extraído azufre del cráter durante más de 40 años. 
El líquido sulfúrico surge de una de las brechas a una temperatura de 115ºC; las llamas azules que desprende entre gases tóxicos pueden llegar hasta los 5 metros. Obviamente, respirar eso es, además de agobiante, horrible para los pulmones, por eso, antes del viaje compramos unas mascarillas para regalárselas a los mineros.
Los mineros extraen trozos de azufre y los transportan a la entrada del cráter, donde los venden por 680 rupias el kilo (unos 0,04 euros). Pero las cargas que transportan, entre 80 y 100 kilos, les cuestan la salud y a veces la vida. Trabajando durante la noche consiguen

Volcán Bromo

Desde Yogyakarta, y guiándonos por lo que nos iba marcando el destino, partimos en una furgo con un conductor loco, compañeros de viaje rusos, alemanes y la simpática pareja formada por una taiwanesa (Felix) y un pakistaní (Ashbal), ellos dos son lo mejor que nos llevamos de ese tour, sin duda!. Pues eso, nos vamos, si hay que ir al Bromo se va al Bromo, y punto!
Viaje largo, muy largo y lento por la cantidad de tráfico y el estado de las carreteras: velocidad media, unos 30km/h, aunque la sensación era de ir a 200 con adelantamientos imposibles a lo vietnamita.
13 horas fue lo que nos costó llegar hasta Cemoro Lawang, la aldea más cercana al volcán, está a una altitud de más de 2000 metros.
Nos alojamos en esta casa fantasma en la que hacía un frío que pelaba. Como dato positivo, decir que después de una semana y media en Indonesia este fue el primer sitio en el que nos duchamos con AGUA CALIENTEEE!! Oeoeeeee!
Al día siguiente visitamos el pueblo y nos

Objetivo Kawah Ijen

Otro de los objetivos del viaje a Indonesia era la ascensión al volcán Kawah Ijen.

¿POR QUÉ ELEGIMOS EL KAWAH IJEN?
Todo el mundo que visita Java va a ver el volcán Bromo pero suelen ignorar a su vecino: el Kawah Ijen. Nos guiamos por los comentarios de algunos blogs de mochileros que lo súper-recomendaban como algo alucinante y alternativo.
El volcán Ijen se encuentra a casi 3000 metros de altitud, está en activo, tiene un cráter bestial y es, en sí mismo, una mina de azufre en la que cientos de mineros trabajan allí sin descanso. Debido al azufre, el lago interior del cráter es de un ácido azul turquesa.
Todo parecía sencillo, ida por nuestra cuenta desde Yogyakarta hasta los pies del volcán y allí improvisación para subir (o bien seguir a un grupo o bien seguir a los mineros de azufre que trabajan allí).
Pero nada de eso fue fácil. Indonesia en general y Java o Bali en particular, son lugares en los que viajar por libre resulta complicado porque

Prambanan... un espejismo de Angkor Wat??

Otro lugar que merece la pena y está cerca de Yogyakarta (a 20km) son los templos de Prambanan. Así como los de Borobudur son budistas, estos otros son hinduístas. 
Son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y aunque las construcciones son mucho más modestas, es inevitable que el templo de Angkor Wat, en Camboya, no te venga a la mente.
Desde Yogya hay que coger tres buses públicos hasta Prambanan. El billete cuesta 3000 rupias y puedes enlazar un bus con otro sin tener que volver a pagar, así que por 20 céntimos de euro te plantas en Prambanan (ir con excursión organizada aquí tampoco merece la pena). Las líneas pueden verse en cada una de

Hi Borobudur!

Junto con Angkor (Camboya) y Bagan (Myanmar), Borobudur pertenece a ese exclusivo ranking de templos asiáticos a lo bestia que pueden dejar a uno sin respiración.
Es el monumento budista más grande del mundo y, lo confieso, uno de mis principales motivos para viajar a Indonesia.

Viajamos desde Jogyakarta con el bus público que tarda 1 hora y cuesta 20.000 rupias (poco más de 1 euro). Es bastante curioso el hecho de que sea tan sencillo ir a Borobudur por libre y en cambio, todo el mundo vaya con excursiones organizadas que, a parte de ser mucho más caras, hacen que te pierdas el encanto que supone viajar en transporte público.

¡Y para qué van a gastar en aire acondicionado pudiendo abrir las puertas! 
Consejo viajero: sentarse cerca de

Enjoying Yogyakarta

Yogyakarta es el claro ejemplo de cómo un lugar que a priori no tiene nada interesante para ver, puede acabar siendo inolvidable.
Las ciudades asiáticas suelen ser un caos además de feas y estar súper contaminadas pero Yogyakarta se sale totalmente de ese estereotipo. 
No puede decirse que sea una ciudad bonita pero tiene algo, no sé que es... que nos atrapó y de ser, en principio, un simple punto estratégico para visitar los templos de Borobudur y Prambanan, Yogya (como así la llaman los locales) se convirtió en uno de nuestros lugares clave de Indonesia y, para mi, en mi ciudad asiática favorita. Su magnetismo se mereció 4 días de nuestro viaje.

Nada de grandes edificios ni gente obsesionada con ir a la caza de turistas. Casitas bajas, mucha vida callejera y