Con este precioso destino nacional, inauguro las siguientes entradas de viajes en familia y el nuevo concepto (para nosotros) de "vacaciones slow". Primeras vacaciones siendo tres.
Edad de Olivia durante el viaje: un mes y medio.
¿VIAJAR CON UN BEBÉ TAN PEQUEÑO?
Cuando son tan chiquitines y si encima toman leche materna, lo único que necesitan es no despegarse de mamá. La alimentación, descanso y mimos van incorporados. No necesitan otro equipaje. De los viajes que hemos hecho con la niña, este fue el más cómodo sin duda.
Visitamos durante 5 días esta zona del País Vasco formada por el estuario del río Oka, en la comarca vizcaína de Busturialdea.
Nos alojamos en Bermeo y decidimos buscar un apartamento por comodidad.
El hotel ecológico rural Atxurra fue el elegido, disponen de habitaciones de hotel y algún apartamento. Gran acierto, para repetir. El presupuesto es medio-alto y no está en el mismo Bermeo, sino a unos pocos km hacia el interior por lo que el coche es imprescindible. Eso sí, la zona y vistas desde la terraza no tenían precio. Pura naturaleza y tranquilidad total.
Para recorrer la zona con la niña optamos por el fular y la mochila aunque el carrito con el capazo iba fijo en el coche por si lo necesitábamos en caso de estar más rato en los lugares que íbamos visitando.
BERMEO
Este encantador pueblo pesquero es de lo más pintoresco de la zona. Nos encantó.
Lugar perfecto para hacer turismo y probar la gastronomía vasca.
Recomendamos el Restaurante Artza, tienen menú variado y riquísimo - todo casero- por 12 euros.
UN PASEO POR LA COSTA
Desde Bermeo, una buena opción para conocer la costa vasca es contratar un paseo en barco.
Nosotros lo hicimos con la empresa HEGALUZE (12 euros/persona y 1 hora de duración e incluye audioguía). Realiza tours de marzo a octubre.
Merece la pena ver la costa de Urdaibai desde el mar. El recorrido que hicimos pasaba por Isla Izaro, los pintorescos pueblos de Elantxobe, Mundaka y las innacesibles cuevas del Cabo Ogoño.
SAN JUAN DE GAZTELUGATXE
Este islote rocoso, unido a la tierra por un bonito puente de arcos, se
ha vuelto archiconocido, no por la ermita de más de mil años de
historia que corona el peñón, sino por haber sido escenario de la séptima
temporada de Juego de Tronos. De verdad que no podía ni imaginar la
peregrinación con la que nos encontramos en pleno agosto!
Hay que aparcar en el inicio de la ruta, justo al lado del resturante Eneperi, el único que hay.
Para llegar hasta el inicio de las escaleras hay que bajar durante unos 20 minutos por unas cuestas bastante pronunciadas que, evidentemente, a la vuelta tienes que subir. Una vez que llegas a las escaleras, te esperan 241 peldaños tallados en la roca.
Algunos opinólogos que por ahí merodeaban, nos dijeron que estábamos locos por meternos a hacer ese recorrido con una bebé de pocas semanas.
En fin, ni caso. Menos mal que no nos vieron al día siguiente hacer la ruta del bosque de Oma. Ahí les hubiese dado algo.
Vamos, que la ruta es totalmente accesible además de muy recomendable.
Como consejo viajero, aparte de ir en temporada baja, es hacerlo a primera hora de la mañana. Nos lo propusimos pero llegamos tardísimo (la peque mandaba) así que nos comimos todo el recorrido con mareas de gente.
Cuenta la leyenda que San Juan llegó a la costa vasca y desembarcó en Bermeo. En tres zancadas llegó al islote, dejando una huella con cada pisada, la última en el último escalón y él mismo mandó contruir la ermita en lo alto.
La tradición dice que al llegar a la puerta de la ermita hay que hacer sonar la campana 3 veces (como los pasos del santo) al tiempo que se pide un deseo para ayuentar a los malos espíritus.
Otra curiosidad es que existe una disputa territorial entre Bakio y Bermeo por ver a quién pertence el islote.
BOSQUE DE OMA
A este lugar místico, también se le conoce como el Bosque Pintado o el Bosque Encantado y es obra del pintor y escultor Agustín Ibarrola.
Hay que llegar hasta Guernika y, a escasos 5 minutos, se llega al párking de Lezika-Basonso donde es obligatorio dejar el coche.
La ruta senderista para llegar al bosque pintado puede realizarse de varias formas. La más popular es una ruta circular (unos 9km) visitando también la cueva de Santimamiñe.
Nosotros optamos por una ruta algo más corta que supone ir y volver por el mismo sitio. Del párking hay unos 3km andando por una carretera secundaria hasta el pueblo de Oma (donde solo pueden acceder con el coche los lugareños) y, pasado este, está perfectamente indicado el inicio de la ruta. Total ida y vuelta de esta ruta... unos 7km.
Desde el cartel que marca el inicio hasta arriba hay unos 25 minutos de subida de unos 400m de desnivel.
Algunas de las imágenes pintadas sobre los troncos de los árboles solo se hacen visibles desde posiciones determinadas, desde donde las imágenes de los troncos forman dibujos conjuntos. Hay flechitas amarillas en el suelo que indican dónde te debes colocar para ver los dibujos, algo que resulta de lo más entretenido.
GUERNIKA
Todos hemos oído hablar de Guernika por la obra de Picasso. Localidad totalmente renovada tras haber sido bombardeada en la Guerra Civil, además de esta triste fama, es una de las poblaciones más conocidas del País Vasco porque es el hogar del Árbol de Guernika, bajo cuyas ramas se otorgó autonomía al País Vasco en la Edad Media.
La Casa de Juntas es lo más visitado de la localidad. Llegamos cuando ya habían cerrado a las visitas (es lo que tiene viajar sin mirar ni preparar nada) así que nos apuntamos la visita si volvemos algún día.
Volveremos a vernos, Urdaibai!
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