Sur de Sri Lanka o... cómo prendarte de Mirissa


Para ir hacia el sur desde las Tierras Altas hay que dirigirse a la localidad de Bandaradawela, donde hay una súper estación de buses que te llevan hacia cualquier lado.


Solo hay un trayecto hacia el sur por lo que hay que coger el que se dirige a Matara, en la costa, (5 horas de trayecto, 240 rupias) y una vez allí seguir enlazando buses hasta el destino que quieras.


Desde Colombo todo es más sencillo ya que hay posibilidad de ir a las playas del sur por la ruta que pasa por Galle, bien en tren o bien en autobús.

Desde Barandawela hasta Matara hay 5 horas de viaje.
Matara es la última parada por lo que, una vez llegas, hay que armarse de paciencia e ir localizando los autobuses que te interesan hasta llegar a tu destino.

El autobús que rodea la costa hacia el oeste (dirección Galle) para constantemente. Es una locura la de gente que sube y baja en cada parada.

Nosotros reservamos días antes un alojamiento en Mirissa, lugar que escogimos totalmente al azar...queríamos playa y nos daba igual la localidad así que
nos guiamos por los precios de los hostels.


Desde Matara el bus a Mirissa cuesta 25 rupias y tarda media hora.

La idea era hacer un poco de ruta de playas del sur en los 4 días que nos quedaban de viaje (habíamos leído muy buenos comentarios de lugares como Hikkaduwa) pero al llegar a Mirissa el cuerpo nos pidió parar de dar vueltas.


Así que allí nos quedamos 3 días completos.


ALOJAMIENTO
Hill House Mirissa fue nuestro retiro relax en Sri Lanka.

Recomendado en TripAdvisor. Se trata de una casa familiar barata, tranquila, agradable, cómoda, bonita y con unos anfitriones fantásticos.

Para ir a la playa, hay que caminar unos 25 minutos por la carretera que pasa por el centro del pueblo. De día es un paseo, de noche conviene ir/volver en tuktuk porque no hay iluminación por las calles y pasa mucho tráfico.

Un lugar para volver algún día.
Lugar perfecto para descansar. 
Playas bonitas para pasear o, simplemente no hacer nada, y varios bares preciosos con cervezas bien frías comida local e internacional.
Tras muchos días sin parar, fue llegar a Mirissa y decidir que lo que nos quedaba de viaje iba a ser para descansar.

Mirissa es un lugar estratégico desde donde salen excursiones en barco para avistar ballenas azules, el mamífero más grande del mundo. Son bastante caras pero tienen mucho éxito.
Nosotros no la hicimos, así que no puedo opinar. He leído de todo, desde que es una excursión "imperdible" hasta que es decepcionante y no merece nada la pena. 
En ese momento nos compensó más disfrutar del lugar, sin más, así que pasamos de pagar para tentar a la suerte.
Pero lo mejor de Mirissa no es la playa en sí, sino el ambientazo nocturno a pie de playa.
Puestos de pescado y marisco fresco ofrecen una experiencia gastronómica de lujo.
No es barato. En Mirissa vimos un tipo de turismo que no vimos en el resto del país.
Pero sentarte a comer allí, descalzarte con los pies tocando la arena y las olas que llegan de vez en cuando hasta la mesa es uno de los recuerdos más especiales que nos trajimos de Sri Lanka.
                                                      Buena forma de comenzar el año!

Nos costó dejar este lugar... pero en nuestro último día en Sri Lanka no podíamos dejar de visitar Galle (próxima entrada)

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