En la casa en la que me alojaba vivía también Rafa, otro voluntario español que llevaba un par de años trabajando en un centro de parálisis celebral en Antigua. Me invitó a visitarlo y allí que fui.
Es enorme, bien organizado, limpio, con mucho personal local pero lo mejor... cientos de voluntarios colaboran económica y laboralmente allí, médicos venidos de varios países (España entre ellos), acuden allí en sus vacaciones a operar gratis a la gente que lo necesita
Es otro de los muchos lugares de voluntariado en Antigua donde toda ayuda es bien recibida y puedes ir sin avisar a pasar con ellos una temporada y ayudar en lo que se pueda.
es imposible dar un trato más allá de las atenciones básicas. Cuando les dije que era logopeda y me encantaría colaborar con ellos, me enseñaron hasta la que podría ser mi posible clase para instalarme allí. Reciben a cualquiera con buena intención con los brazos abiertos perooo... uffff.... muy duro el sitio, hace falta mucha fuerza moral y psicológica para hacer allí un voluntariado. El día que fui, una familia dejaba por primera vez a su hija de unos 6 años, los lloros de todos ellos (niña incluída) eran sobrecogedores.
Quizás algún día....
Salí con la sensación de saber y ver in situ que hay muchísima gente buena por el mundo, y que concretamente aquí en Antigua los discapacitados no son gente olvidada y afortunadamente existe este lugar para ellos.
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