Irlanda del Norte: un paseo por la costa.



Irlanda del Norte pertenece a Reino Unido y no a Irlanda por lo que planear un viaje allí requiere llevar libras, adaptadores de enchufe e informarse sobre la historia viva del lugar, algo imprescindible para entender el día a día de lugares como la intensa ciudad de Belfast.
No han pasado muchos años desde la independencia de Irlanda (la parte sur de la isla) en .1949 y lo que aparentemente es un clima de calma y cordialidad, se turba en algunas zonas en las que los conflictos siguen a la orden del día entre católicos y protestantes.
Una lectura recomendadísima, y una buena clase de historia, si estás pensando en viajar allí es: "Canta Irlanda" de Javier Reverte.

Iniciamos el viaje con una ruta por la COSTA NORTE. Se puede recorrer, o bien con un tour, o bien alquilando un coche. Alquilar un coche es la mejor opción en cuanto a libertad pero es recomendable hacerlo de forma anticipada ya que hay tarifas atractivas si se reserva el coche con tiempo. Nosotros no lo hicimos y al llegar allí nos pedían precios desorbitados por alquilar el coche un solo día, así que acabamos recurriendo a un tour desde Belfast (15 libras por persona).
La autopista A2 comienza en Newry y finaliza en Derry, es la carretera más importante de Irlanda del Norte y se extiende a lo largo de casi 400km. Nuestro tour partió desde Belfast recorriendo la Antrim Coast hasta llegar a la imponente Calzada del Gigante.

Primera parada: CARRICKFERGUS

Castillo normando del Siglo XII y unas bonitas vistas al mar, poco más que ver.
En el largo y pintoresco recorrido hasta BallyCastle pueden verse verdes paisajes y muchísimas ovejas.

Segunda parada; BALLYCASTLE
Un paseo por sus alucinantes acantilados es todo un regalo para la vista. Merece la pena hacer el recorrido a pie bordeando la costa hasta llegar al impresionante Carrick-A-Rede Rope Bridge.
 Tras una hora caminando se llega a este puente suspendido a más de 24 metros sobre un rocoso acantilado. Antiguamente este puente lo construyeron unos pescadores con ropa vieja. Ahora está hecho con cuerdas para su mayor seguridad ya que lo reconvirtieron en atracción turística. Hay que pagar entrada para cruzarlo.
La siguiente parada fue en uno de los lugares naturales más impresionantes del mundo: la Calzada del Gigante: aquí puedes leer la entrada.

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