Cómo perder el pasaporte y que no te dé un infarto

¿Qué es una de las peores cosas que te pueden pasar en un viaje por libre a más de 12.000 km de tu país?

PUES ESO. Perdí mi pasaporte durante unas interminables horas en Bali. Una de estas cosas que dices... "a mí eso es imposible que me pase".

Aquí un enlace al post anterior para contextualizar nuestra racha: De Java a Bali

Llegamos a Denpasar tras un viaje repleto de imprevistos por tierra y mar de más de 20 horas sin dormir ni comer. Bajamos del autobús público cogimos las mochilas y nos quedamos un rato en la estación pensando qué hacer... si quedarnos, irnos...

A los 10 minutos nos damos cuenta de que nos faltaba una de las mochilas pequeñas. Casualmente, justo la mochila en la que iba: mi pasaporte, mi dinero y todas mis tarjetas. Siempre siempre las llevo conmigo y precisamente unas horas antes las puse en esa mochila para hacer el ascenso al Kawa Ijen más descansada.

Por supuesto, el bus ya no estaba.
S.O.S.
PROBLEMÓN: Nadie en esa estación hablaba inglés, no sabíamos a dónde se dirigía el bus, podría ir a cualquier lugar de Bali, o peor aun... a otra isla!! (de hecho nosotros cruzamos con ese bus en un ferry desde Java).

Y creo que, para lo gravísima que era la situación, supimos reaccionar bastante bien. No había tiempo de discutir por ver a quién se le había olvidado coger la mochila, ni de bloquearnos, ni de pensar en nada más que encontrar el autobús. Preguntamos de mil maneras, con gestos, con dibujos... a los trabajadores de la estación pública de buses. Nos costó hacernos entender y finalmente nos escribieron en el papel de mi libreta el nombre de otra estación de Bali y el número de las matrículas de los últimos 2 buses que habían parado allí. Era lo único que teníamos y había que confiar en eso. VAYA TELA.
Corrimos (máxima velocidad) a coger un taxi para que nos llevase a esa estación que "supuestamente" podía estar el autobús con la mochila. Tras acordar precio le dije que le pagábamos el doble si, una vez en la estación, nos ayudaba a movilizar a todo el mundo para encontrar las matrículas.

No sé lo que duró el trayecto, mucho tiempo, se me hizo eterno, me daba igual el dinero, las tarjetas... pero el pasaporte... buff!

Perder el pasaporte supone tener que ir urgentemente a la embajada. Indonesia es un país-archipélago inmenso y solo hay una única embajada en Jakarta. Sin pasaporte no puedes coger aviones. Ir por mar y tierra hasta Jakarta suponía hacer 4 días de viaje (indocumentada) sin parar, más los días de trámite para que me solucionaran el marrón.

Llegada a la estación Ubung, la que ponía en la nota. Allí nos topamos con ¡¡200 autobuses idénticos!! Corriendo con el taxista de bus en bus mirando matrículas, localizamos uno! bien! pero no era... Al rato de buscar localicé la otra matrícula.

A lo lejos reconozco a nuestro conductor y así como me ve corriendo hacia él se levanta y coge algo de dentro del bus... ahí estaba.

INCREÍBLE. La guardaba TAL CUAL, sin abrir, sin tocar... Primera sensación positiva de la gente balinesa.

Bueno ya vale de imprevistos (al menos por hoy!). ¿Qué hacemos ahora? nos quedamos? nos vamos?

De pronto, cosas surrealistas que solo pueden pasarte en el sudeste asiático, apareció de la nada un hombre con su furgoneta particular y nos preguntó que si queríamos ir a Ubud por 100.000 IDR (7 euros), nos miramos y le dijimos que sí. Mochilas dentro (todas) y por fin... vamos a algún sitio!
Primera foto tras unas horas muuuy tensas.
¡Creo que el viaje en esta furgoneta fue el más feliz de mi vida!
Contra todo pronóstico: seguimos el viaje!

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